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El bótox o toxina botulínica: Despejar dudas

¿Es peligrosa la toxina botulínica para eliminar las arrugas? Hace unos años un comunicado de la Agencia del Medicamento,  «recordaba» a las Consejerías de Salud la ilegalidad de su uso como tratamiento estético y disparaban la alarmas. Y es que, a pesar de que no está regulado, esta toxina lleva cuatro años aplicándose para suavizar las líneas de expresión. Los especialistas aseguran que no supone ningún peligro y que ya se ha autorizado en once países.

El pasado 28 de febrero la Agencia del Medicamento, que depende del Ministerio de Sanidad y Consumo, remitió una nota a las Consejerías de Salud de las Comunidades Autónomas recordando que el uso de la toxina botulínica con fines estéticos no está autorizado. En el comunicado se insistía en que «el medicamento es una neurotoxina muy potente y que, aparte de que su único uso autorizado en la actualidad sea para el tratamiento de ciertas alteraciones espásticas musculares severas, de acuerdo con las condiciones de autorización, el producto está clasificado como de uso hospitalario. Esto significa que sólo puede ser dispensado y administrado para su uso en un centro sanitario, en las indicaciones autorizadas y bajo la supervisión de un médico especialista adscrito a dicho centro y con experiencia en el tratamiento de esas patologías».

Sanidad ha emitido esta advertencia ante el uso inadecuado que se está haciendo de la toxina, al administrarla como tratamientos estéticos cuando «la seguridad de su empleo con fines estéticos no ha sido evaluada por la Agencia Española del Medicamento». En el texto se advierte que «el tratamiento con la toxina puede asociarse a la aparición de reacciones adversas graves y hace hincapié en que toda sospecha de reacción adversa debe ser comunicada al Centro Autonómico correspondiente del Sistema Español de Farmacovigilancia».

La reacción de cirujanos plásticos, dermatólogos y médicos estéticos no se ha hecho esperar. Los expertos consultados han salido en defensa del uso de este fármaco para atenuar las arrugas: «Ya se ha aprobado en once países para este fin, y está a punto de obtener luz verde en Estados Unidos y Francia», asegura uno de estos cirujanos, que prefiere mantenerse en el anonimato. «El caso es que este comunicado llega con unos años de retraso, ya que esta toxina lleva empleándose por lo menos cuatro -y con muy buenos resultados, por cierto- en el tratamiento antiarrugas. Además, se ha publicitado su uso en diversos medios de comunicación y hasta la fecha nadie se había pronunciado en contra. ¿Por qué ahora?»

Polémicas aparte, se pretende con este reportaje despejar las dudas y los temores que las últimas noticias hayan podido provocar en aquellas personas que ya se habían sometido a este tratamiento o que quieren hacerlo en algunos de los países donde está autorizado.

¿Por qué se empezó a usar en estética?

«La toxina botulínica tipo A o botox se ha venido utilizando en Oftalmología para el tratamiento del estrabismo y del blefaroespasmo, y en Neurología para diversas patologías derivadas del Parkinson, desde hace muchos años. Pero fue a finales de los 80 cuando trascendió al campo de la estética para la eliminación temporal de las arrugas de expresión. Más tarde, se vió su utilidad en el tratamiento de la hiperhidrosis (exceso de sudoración)», explica el doctor Martín de Cirugía Estética.

El que Sanidad no la haya aprobado con fines estéticos, ¿significa que puede ser peligrosa?

«En absoluto. En nuestro país la utilización con fines estéticos de la toxina botulínica tipo A (TB-A) no está avalada por la ley, pero eso no significa que sea peligrosa», indica el doctor Martin.

«Lo primero que hay que dejar claro es que se utiliza una dosis muy pequeña y absolutamente segura (su efecto tóxico no se difunde al torrente sanguíneo)», asegura este especialista. «La TB-A se está utilizando en los tratamientos para pacientes espásticos en dosis diez veces superiores a las empleadas para las arrugas y, si fuera arriesgado, no se haría», continúa el doctor Martin.

«Para que un paciente pueda sufrir una parálisis total con este medicamento, tendrían que aplicarle 4.000 unidades internacionales. Como cada vial contiene 100 unidades (en el uso estético se emplean alrededor de 30-50 unidades en cada paciente), para que existiera peligro tendrían que inyectarle ¡40 frascos! No creo que nadie lo haga, ni que nadie se deje. Sí puede tener algunas contraindicaciones, pero sin riesgo para la salud -puntualiza este especialista-. Además, si fuera peligroso no estaría permitido el uso cosmético en Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Brasil o Argentina, entre otros países».

Para el doctor Martín, cirujano plástico de Granada, este tratamiento es seguro siempre que lo aplique un médico especialista que conozca bien las dosis y las zonas donde se va a inyectar. «Lo que no se puede consentir es que se ponga en las peluquerías o centros de belleza». Según el doctor Martín, se ha venido empleando en nuestro país porque se trata de un procedimiento sencillo, eficaz, seguro, no traumático y reversible. Y sobre todo porque, aunque el fármaco es de uso hospitalario, cualquiera lo podía adquirir en una farmacia.

Tras la polémica desatada en los últimos días, y hasta que no se regularice su uso estético, ¿es de suponer que se va a frenar su empleo para el tratamiento antiarrugas?

Lógicamente, sí. «Aunque no será por mucho tiempo porque en el Congreso de la Academia Norteamericana de Dermatología, celebrado la semana pasada en Nueva Orleans, se anunció ya que en los primeros días del presente mes de marzo la FDA iba a dar luz verde a su uso cosmético en los Estados Unidos», afirma el doctor Martin. «En el citado congreso -continúa- los datos confirmaron que la toxina botulínica había sido la técnica estética más solicitada y realizada en Estados Unidos durante el año 2001 y lo que va del 2002, por encima de la liposucción, los «peelings» y el láser. La única precaución que hay que tener es que la apliquen y controlen manos expertas».

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